sábado, 11 de julio de 2015

La hormiga y el escarabajo
Llegado el verano, una hormiga que rondaba por el campo recogía los granos de trigo y cebada, guardándolos para alimentarse durante el invierno. La vio un escarabajo y se asombró de verla tan ocupada en una época en que todos los animales, descuidando sus trabajos, se abandonan a la buena vida. Nada respondió la hormiga por el momento; pero más tarde, cuando llegó el invierno y la lluvia deshacía las boñigas, el escarabajo hambriento fue a pedirle a la hormiga una limosna de comida. Entonces sí respondió la hormiga:
-- Mira escarabajo, si hubieras trabajado en la época en que yo lo hacía y tú te burlabas de mí, ahora no te faltaría el alimento.
MORALEJA:
Cuando te queden excedentes de lo que recibes con tu trabajo, guarda una porción para cuando vengan los tiempos de escasez.







  • El viajar es un placer, 
  • que nos suele suceder. 

  • En el auto de papá 
  • nos iremos a pasear. 
  • Vamos de paseo pipipi 
  • en un auto feo pipipi 
  • pero no me importa pipipi 
  • porque llevo torta pipipi. 

  • Y ahora vamos a pasear por un tunel. 
  • Por el tunel pasaras, 
  • la bocina tocaras, 
  • la cancion del pipipi 
  • la cancion del papapa 

  • Vamos de paseo pipipi 
  • en un auto feo pipipi 
  • pero no me importa pipipi 
  • porque llevo torta pipipi. 

  • Atencion que viene un semaforo. 

  • El viajar es un placer, 
  • que nos suele suceder 
  • en el auto de papa 

  • nos iremos a pasear. 

  • Vamos de paseo pipipi 
  • en un auto feo pipipi 
  • pero no me importa pipipi 
  • porque llevo torta pipipi. 

  • Atencion porque entramos 
  • en la zonda donde hay curvas. 

  • El viajar es un placer 
  • que nos suele suceder 
  • en el auto de papa 
  • nos iremos a pasear. 

  • Y ahora atención 
  • vamos a entrar en la zona donde hay baches 
  • Cuidado con los baches. 

  • El viajar es un plaaai 
  • que nos suele suceaaai 
  • en el auto de paaaai 
  • nos iremos a paaaai. 

  • Vamos de paseo pipipi 
  • en un auto feo pipipi 
  • pero no me importa pipipi 
  • porque llevo torta pipipi.

NIÑOS HIPERACTIVOS:

 Claves para Tratar con Ellos

Hoy en día, la hiperkinesis es uno de los problemas más frecuentes entre los niños. Un trabajo conjunto entre la maestra y los padres es fundamental para abordar la dificultad y contener a los que lo padecen.
Si se les pregunta a las madres si sus hijos son activos y tienen energía, es probable que la mayoría conteste sin dudar con un "sí" rotundo. En los primeros años de la infancia, los niños adquieren habilidades motrices y simbólicas que les “abren las puertas” para explorar el mundo con entusiasmo y voracidad. Corren, saltan, tocan, gritan... todas estas actitudes son normales y esperables para la fase de desarrollo y maduración que están atravesando.
Existen, sin embargo, grados extremos de hiperactividad que requieren de un manejo especial por parte de padres, maestras y de las personas que cuidan a los niños. Lo importante, entonces, es conocer cuáles son lasseñales de alerta o los síntomas presentes en niños hiperkinéticos.

A partir de esa información un tratamiento adecuado es fundamental para superar la dificultad. Susana Ruth Merlo, psicopedagoga, ofrece algunas claves para reconocer a los niños hiperactivos:
  • Se muestran de esa forma en cualquier ambiente en el que se desenvuelven.
  • No pueden quedarse quietos y necesitan actuar constantemente a través de descargas físicas.
  • A la hora de jugar, tienen dificultad para respetar turnos y secuencias.
  • Suelen sufrir muchos accidentes porque les cuesta medir el peligro.
Frente a estas actitudes, muchos padres suelen planificar numerosas actividades para que los hijos descarguen energía. La escuela, entonces, es el ámbito donde se detecta el problema en primer lugar. “Las maestras se ponen en contacto con los padres porque, además de ver los mismos síntomas que se dan en la casa, observan que los niños no logran terminar con algunas tareas y tienen problemas para ordenarse y organizarse”, comenta Merlo.
Este fue el desencadenante que llevó a Mara, mamá de Javier (3), a hacer una consulta. “La maestra me sugirió que conversara con una psicopedagoga y le describiera la conducta de mi hijo al pediatra. Después de una evaluación en conjunto, le diagnosticaron hiperkinesis y me aconsejaron que empezara de inmediato con una psicoterapia”, relata Mara.
Es importante tener en cuenta que el problema de la hiperkinesis no se vincula con falta de capacidad intelectual ni con rebeldía por parte de los niños. “Se trata, en cambio, de una dificultad para simbolizar, para ligar sentimientos con palabras. Por eso, cuando llegan estímulos externos que no pueden ser procesados adecuadamente, se descargan a través de conductas motrices impulsivas”, señala la psicopedagoga.
Una vez detectado el problema, los expertos coinciden en que el mejor tratamiento para superarlo es multidisciplinario. En muchos casos, la hiperactividad representa un “pedido de ayuda” ante situaciones que no pueden ser manejadas por los niños. El asesoramiento de un psicólogo, entonces, es aconsejable, tanto para el hijo como para los padres. A su vez, es recomendable que en el ámbito de la escuela, una psicopedagoga trabaje en conjunto con la maestra para ayudar al alumno con este problema. Una consulta pediátrica, por último, es indispensable para evaluar la necesidad de indicar medicación.

Desde la casa, los padres también pueden aportar lo suyo para contener y ayudar a los niños hiperactivos.Algunos consejos:
  • Planear actividades muy organizadas, que demanden períodos cortos de atención (al niño le debe quedar claro qué debe hacer en ellas).
  • Generar espacios de interacción padres-hijo, en los que la dedicación sea exclusiva y el niño pueda sentir que es especialmente tenido en cuenta.
  • Demostrarle que hay un canal abierto de diálogo para que exprese sus preocupaciones y problemas.
  • Establecer contacto frecuente con la maestra para estar al tanto de cómo se desenvuelve el niño en el ámbito escolar.
No existe una fórmula infalible para tratar a los niños que sufren de hiperkinesis. Cada familia, entonces, deberá abordar el problema desde su situación en particular. Con el tratamiento adecuado para cada caso y la dedicación puesta al servicio de la salud infantil, tanto padres como hijos superarán la dificultad, fortaleciendo su vínculo en el proceso.

Nota supervisada por el Equipo Médico de Mamashelp.



La importancia de las clases de Educación Física

Al menos dos veces por semana nuestros niños debieran ejercicio, si queremos que seansanos y enfrenten un futuro sin enfermedades; la responsabilidad parte en la familia, y seextiende a los colegios, por lo que es necesario tomárselo con seriedad.
2 noti_thumbUno de los temas sociales que se ha puesto en el tapete durante los últimos años, es la importancia o el lugar que se le da a la clase de educación física en los colegios, más aún cuando las cifras de sedentarismo y obesidad en nuestros niños han llegado a límites insospechados, y siguen en aumento.
A raíz de esto, se han creado instancias para evaluar dicho panorama y establecer las necesidades de los escolares en esta materia. El Simce de Educación física, que se realiza desde el año 2010, ha demostrado que la preocupación es real (ver recuadro), y que aunque toda conducta sobre hábitos comienza en la familia, el colegio también es un importante aliado en esta tarea.
Al respecto, Claudia Román, Kinesióloga de la Fundación Salud y Corazón y del Hospital San Juan de Dios, evalúa este panorama: “los niños cada vez tienen menos actividad física en su vida diaria, por lo tanto esta clase se vuelve, en muchos casos, el único momento en que realizan ejercicio en la semana, y si consideramos que la mayoría de los niños necesita, por lo menos, una hora de actividad física todos los días, estamos ante un escenario preocupante. Ya sea por un tema de espacio físico, tiempo o costumbre, no nos divertirnos en actividades que involucren deporte, juegos de carrera, u otro tipo de actividad que demanden alto esfuerzo físico”, afirmó.
No podemos olvidar que existe una estrecha relación entre nivel de actividad o ejercicio y la salud. Nuestro cuerpo está hecho para el movimiento y su bienestar se relaciona directamente con el estado de nuestros músculos, huesos y hasta el cerebro.
Debiese ser un hábito
La cantidad de veces que un niño debe realizar ejercicios debe ser a lo menos dos veces por semana, y la clase de Educación Física podría ser una de ellas. Sin embargo, pese a que las horas de un colegio se traducen a 90 minutos por clase, algunas publicaciones señalan que el tiempo destinado a este ramo queda reducido sólo a 25 minutos de ejercicio objetivo, puesto que el resto de la hora es ocupado en vestirse, ducharse y pasar lista, por ejemplo, y no cabe duda de que este tiempo es absolutamente insuficiente para alcanzar un mínimo de condición física saludable.
Al respecto, es importante saber que el ejercicio habitual ayuda a los niños a:
• Sentirse menos estresados
• Sentirse mejor con ellos mismos.
• Estar más preparados para aprender en la    escuela.
• Mantener un peso saludable
• Desarrollar y mantener huesos, músculos y articulaciones sanos
• Dormir mejor por las noches
A medida que los niños pasan más tiempo viendo la televisión, le dedican menos tiempo a correr y jugar, y en definitiva, al ejercicio. “Es importante que los padres limiten el tiempo frente a la televisión, los videojuegos y el computador, y a lo que les signifique ser sedentarios. Además, se debe tratar de enseñar con el ejemplo, siendo padres activos también”, comenta la Kinesióloga.
¿No puede realizar educación física?
La eximición de la clase de educación física es cada vez más habitual. La presentación de certificados médicos que indican que el niño no puede realizar ejercicios físicos es común en los colegios, pero la realidad es que “son muy pocos los casos en que verdaderamente el niño está incapacitado de realizar la clase de educación física. En muchos casos los certificados para eximirse de este ramo, nacen de un excesivo temor o aprehensión de los padres por someter a sus hijos con una patología en particular al ritmo intenso que se da en algunas clases”, enfatiza la especialista. Sin embargo, lo cierto es que para la mayoría de las enfermedades crónicas que padecen nuestros niños, como asma, escoliosis u otras, la clase de educación física no representa ninguna amenaza si están bajo supervisión médica y bien controlados.
Por otra parte, la planificación de las clases influye en el desempeño del alumno, ya que en la mayoría de los casos, los profesores no consideran el nivel de sedentarismo y baja capacidad física en los niños y jóvenes, quienes son sometidos a ejercicios intensos sin la adecuada adaptación para ello. “En estos casos, lo ideal sería que se pudiera adaptar o disminuir la intensidad del deporte para los niños con condiciones especiales y calificar sus progresos con otra escala de puntuación, para no someter al niño a exigencias muy por sobre sus capacidades”, explica la kinesióloga.
Si miramos este tema desde el punto de vista de la salud, constituye un grave problema de salud pública, si consideramos que en nuestro país el 18% de los escolares es obeso, una de las cifras más altas a nivel mundial, incluso mayor que EE.UU que tiene un índice de 16%. Si a esto le sumamos el sobrepeso, esta cifra se eleva hasta el 33% en escolares de Primero básico. Y como ya se sabe: niños obesos tenderán a ser adultos obesos, por lo que el panorama es poco alentador a futuro.
Jugar en el recreo también ayuda

Disminuir las horas frente al televisor o al computador es el primer paso que se debe dar para mejorar la actividad física de los niños. Incentivarlos a jugar o realizar algún deporte al aire libre será importante para empezar a crear conciencia de la importancia de la actividad física para el bienestar de nuestro cuerpo. Pero la especialista también llama a tomar precauciones: “en términos generales podemos decir que deportes extremos o ejercicios de alta intensidad tienen mayor riesgo de lesiones, principalmente traumáticas, que las actividades moderadas”. También es importante recalcar que actividades tan simples como saltar la cuerda, jugar a la pelota o andar en bicicleta son perfectas para desarrollar nuestras habilidades corporales. “Cualquier deporte en equipo es altamente enriquecedor, ya que además desarrolla nuestras habilidades sociales, indispensables en nuestra edad adulta”, concluye.